¿Por qué no llegué allí si estabamos tan cerca? Nadie me invitó, nadie tuvo la gentileza de llevarme. Me fui muriendo de a poco, a cuentagotas, en estas grises calles por donde se pierden muchos, cuando al lado tenía el portón de mi abismo sin fondo, por donde quería caer, a donde quería llegar irremediablemente, a esa negrura del mundo que pondría fin a tanto sufrimiento estúpido. Allí lo tenía todo y más barato. Tan cerca y nunca llegué a ti; y me arrepiento. Habría sido más rápido y menos doloroso.
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