Fragmento de un capítulo del libro de Linda Goodman:
El niño es ahora un púber, y el alma ha evolucionado hasta la etapa de Cáncer: flota entre la infancia y la madurez, anhela ser adulto y sin embargo vacila en pasar al otro lado. Cáncer vuelve a avivar la conciencia de las fuerzas nocturnas negativas, femeninas y reflexivas. Pero esta segunda experiencia de la noche está fusionada con una sensación nueva, más rica e incluso más sensual (que era sólo una inspiración poética, y todavía no una realidad auténtica, en el nivel anterior de Tauro), porque se ha producido un cambio de estación. El despertar de la primavera se ha ahondado en un sueño de una noche de verano con toda su belleza madura y fragante para estos hombres y mujeres, estos Oberón y Titania, de Cáncer. Ahora la melancólica y sensible alma «púber» vacila entre la dependencia infantil y el mundo enloquecedoramente seductor y tentador de los adultos (¿qué significa ser hombre o mujer?). Esto se expresa deliciosamente en los experimentos entre los mundos humano y feérico del famoso clásico del Tauro Shakespeare. Puck, el simbólico púber Cáncer, observa a los adultos (humanos) en el entorno, y es prodigiosamente sensible a todo lo que ve y oye. Pero este mundo adulto, material, que él espía con tanta vehemencia, exhibe vislumbres de frecuentes desilusiones. Y por ello los sueños de Cáncer están llenos de sobresaltos, hacen que el Cangrejo clame en la noche, y que a veces saque del armario el viejo y simbólico osito de Tauro y lo abra& fuertemente cuando nadie lo ve. Tal como les sucede a los hombres y mujeres de Cáncer, los estados de ánimo cambiantes de los púberes cabales los intrigan a éstos tanto como a sus familias. Pero estos terrores son muy concretos para los Cáncer, quienes temen que la madurez implique la pérdida de la seguridad de la que disfrutan junto a sus padres y sobre todo junto a la madre. ¿Los futuros extraños se preocuparán tanto por los Cáncer y los amarán tan incondicionalmente como la madre? Cáncer sospecha que no. Incapaces de explicar sus aprensiones, los Cangrejos se tornan reservados, sueñan a solas... o se esconden y se enfurruñan, imaginando que nadie los entiende. En el nivel de Cáncer, la posible pérdida de la protección parental obsesiona al inconsciente. Cáncer ya ha aprendido lo que es la pérdida. Quizá los amigos de la infancia se han mudado, la familia ha cambiado de residencia, el viejo barrio con el que estaba compenetrado ha desaparecido. El mundo ya no es tan emocionante ahora que el Cangrejo intuye sus trampas ocultas. Los hombres y mujeres Cáncer «púberes» saben que la maduración les producirá infaliblemente aflicciones inesperadas, y por ello se aferran a aquello en lo que saben que pueden confiar: el ayer. Como las nuevas sensaciones son muy agudas, Cáncer ve una combinación de tragedia y comedia en la Vida a medida que ésta se expande en su conciencia a lo largo de su primera incursión por el sensible elemento Agua. Igualmente a pesar de su timidez innata, el alma de Cáncer no se dejará relegar a segundo plano, porque ésta es la segunda experiencia como líder cardinal, que puede trocar el miedo ilógico en cautela sensata. Los Cangrejos desean tanto la Luna llena como la nueva, sólo tienen una conciencia parcial de lo que anhelan... y son renuentes a averiguarlo. ¿Qué reserva el mañana? El sentimiento empuja el alma Cáncer púber a las lágrimas. Impulsados por la necesidad de ocultar sus verdaderas emociones, los Cangrejos dicen: «yo SIENTO», y después para que nadie sospeche que sienten tan vehementemente, bromean, creyendo engañar a los demás. Si al hombre o mujer Cáncer no se lo trata con ternura en esta etapa crucial de la evolución del alma, desarrolla un caparazón permanente duro y protector para defenderse del mundo cruel. Las cualidades positivas de Cáncer son la imaginación, la tenacidad, la ternura, la sensibilidad. la solicitud y la cautela. Expresadas en su forma negativa se transforman en mezquindad, irritabilidad, melancolía, avaricia y cobardía, comportamiento posesivo y ánimo taciturno. Para el Cáncer, así como para el verdadero púber inseguro y sentimental, el amor ha vuelto a asumir importancia, por encima de todo. Pero ahora es sinónimo del hogar, que representa la seguridad emocional... y la necesidad de amor es tan grande que debe encubrirse tras las lágrimas afligidas y la risa lunar.
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